Contar o no contar, esa es la cuestión…
Desde que lo conociste, nunca te cayó bien. Soberbio y bastante creído, se lleva el mundo por delante creyéndose superior, no entendes qué fue lo que tu amiga le vio. Pero enseguida empezaron a verse y comprendiste que si tu hermana del alma lo había elegido, vos tenías que aceptar esa decisión.
Tu resignación duro poco. El sábado pasado comprobaste que tu olfato no había fallado y lo descubriste con una rubia en la fiesta. Obviamente, el no te vio porque, aunque no es odontólogo, estaba muy ocupado trabajando en la boca de la oxigenada.
Ahora, tu cabeza va a mil por hora, ¿Cómo contas la verdad?, ¿Encaras al cobarde y lo obligas a confesar? O ¿hablas con tu amiga a quemarropa?
Es muy difícil dar una sugerencia. Antes que nada, analiza la situación y recorda que muchas variables entran en juego.
Tené en cuenta que, si la relación es muy reciente, ninguno de ellos esta totalmente comprometido. Tal vez, abrir la boca significaría cortar algo que todavía no es muy serio…pero que podría serlo en el futuro, siempre y cuando el casanova se ponga las pilas.
Las cuestiones de pareja suelen ser complejas. Muchas veces preferimos no ver que nuestro chico estuvo con otra y si alguien nos viene a abrir los ojos, puede que reaccionemos mal…
Imaginate que recibís un e-mail con malas noticias: seguro te la agarras con el que te lo envió. A tu compinche de toda la vida le puede pasar lo mismo…con la diferencia de que la mensajera sos vos.
Por eso, antes de llamar a tu amiga y contarle todo con lujo de detalles, o hablar con él, que por cierto, es la opción menos recomendable, busca una forma menos agresiva de enfrentar el problema.
Lo más importante es no enloquecerse. No se trata de esconder la cabeza al estilo avestruz, pero si de darte un tiempito para pensar. Quizás tu amiga prefiera no mirar la infidelidad. Preparate para comprenderla y aprender a respetarla.
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