viernes, 19 de noviembre de 2010

Ortorexia, cuando comer sano se transforma en una OBSESIÓN



La comida sana ocupa un lugar central en la vida de muchas personas, pero cuando esa preocupación se transforma en una obsesión que puede dañar la salud, estamos en presencia de una enfermedad que es necesario tratar…

Que una persona se preocupe por comer sano, combinando la alimentación con actividades físicas frecuentes, puede resultar muy saludable para el cuerpo de cualquier persona y altamente recomendable para alcanzar una buena calidad de vida.

¿Pero qué ocurre cuando la comida sana se transforma en una obsesión que hace que se dejen de ingerir nutrientes básicos? En este caso, se corren riesgos de que esa conducta lleve a una enfermedad que afecte seriamente la salud del organismo, porque se le niegan al cuerpo algunos de sus nutrientes esenciales.

La medicina le ha puesto un nombre a esta patología marcada por la obsesión por la comida sana: se trata de la ortorexia, que forma parte de las enfermedades surgidas en el contexto de una cultura marcada por la exaltación del cuerpo, la belleza física y las dietas son control.

Ya son ampliamente conocidos los trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia, y ahora se suma esta nueva enfermedad que, por sus características, no implica la falta de comida, sino la elección de alimentos que no reunen los nutrientes necesarios.

Quienes padecen esta enfermedad consumen solo alimentos orgánicos de origen vegetal, sin conservantes ni grasas; muchos optan por comer solo frutas y otros ingieren solo verduras sin cocción, por mencionar algunos casos.

La obsesión de estas personas, en su mayoría adolescentes y adultos jóvenes que aumenta a gran escala, las lleva a evitar comer en restaurantes o en casa de otras personas por miedo al tipo de comida que le sirvan en esos lugares. Y en el caso de que coman alguna comida que supere los límites que ellos mismos se imponen, entran en una etapa de culpa que los lleva a intensificar su dieta.

Hay conductas que pueden alertar cuando una persona sufre o puede sufrir esta enfermedad. Por ejemplo, si en nuestro entorno vemos que alguien se aísla de los demás por su forma de comer, que muestra culpa cuando come algo no permitido por sus propias exigencias o se preocupa más por la calidad de los alimentos que por el gusto mismo de ingerirlos, estamos hablando de alguien que puede sufrir ortorexia.

Es evidente que al no comer carne, una persona con ortorexia puede tener bajos niveles de hierro, con la posibilidad de padecer anemia y escasez de vitamina, que normalmente se reducen es desgano y falta de energía.

Pero no sólo desde la salud física es una  preocupación esta enfermedad, sino también desde los psicológico, por lo que la mayor parte de las personas que tienen esta obsesión con la comida sana deben ser derivadas a una profesional para quitarle los hábitos que lo llevaron a tener esta conducta.

Según la nutricionista Lic. Silvia Valentín, "los problemas alimentarios aparecen unidos a fenómenos sociales que tienen mucho que ver con la abundancia y la globalización y no tanto con la escasez. Preocuparse por comer sano es comprensible y conveniente para mantener un correcto funcionamiento del cuerpo, así como para evitar enfermedades cardiovasculares, el sobrepeso o cáncer. El problema aparece cuando esta obsesión tomas control de nuestras vidas y ni siquiera nos permite disfrutar de una cena con la familia o amigos."
Fuentes:
Revista "Mundo seguro", de Sancor Seguros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario